El Hojaldre

DEFINICIÓN:


El hojaldre es una pasta formada por finísimas capas de masa y grasa, que cocida en el horno da como resultado una pieza de buen volumen, crujiente y de aspecto uniforma.
Es una de las pastas básicas de la pastelería, ya que da origen a otros tipos de masas y pastas (bollería hojaldrada) y a innumerables piezas tanto dulces como saladas.
Las piezas pueden rellenarse antes de su cocción o después de ella, según el tipo, y siempre resultan de una gran exquisitez y rendimiento.


¿PORQUE SUBE EL HOJALDRE?


Una vez estirado el hojaldre al grosor deseado, se cortan las piezas y se introducirán en el horno a temperatura comprometida entre los 200 y 220 ºC y un tiempo acorde a las características de la pieza, durante el cual se producirá el fenómeno físico de la subida.
Se debe este fenómeno a la deshidratación del agua contenida en la masa y el fundido por calentamiento de la materia grasa, es decir, las capas de materia grasa se calientan, seperando y aislando  al mismo tiempo las capas entre sí, que son levantadas por la presión de vapor que se produce, hinchándose a medida que la cocción va efectuándose, levantando y expulsando vapor húmedo y haciéndose firmes hasta el término de la cocción ( alrededor de 20 minutos a 220 ºC para las piezas de tamaño medio). Si desea obtener un hojaldre de excelente resultados que suba bien hay que tener presente:


a) Debe elegir una harina de buena calidad, con la fuerza suficiente para que la hidratación del gluten sea buena; de no ser así, las hojas no hojaldrarán lo suficiente.
b) La temperatura del horno debe estar en torno 220 ºC; si no es así, se pueden producir los siguientes efectos :
• Si se sobrepasan los 220 ºC, la subida del hojaldre es rapidísima, sin control, las piezas no suben rectas y tienden a caerse. Son efectos similares producidos por el exceso de fuerza o la falta de descanso.
• Si, por lo contrario, la temperatura es inferior a los 220 ºC el desarrollo es lento, no sube completamente, se resquebraja y no hojaldra. Los efectos son comparables a los resultados de hojaldres elaborados con harinas demasiado flojas.


ELABORACIÓN DEL HOJALDRE:

  1. Hojaldre común (materia grasa dentro).
  2. Hojaldre invertido (materia grasa fuera).
  3. Hojaldre rápido (materia grasa con empaste).
  4. Hojaldre mitad-mitad (800 g de empaste de harina y 400 g de empaste de harina y materia grasa).
Al hojaldre también se le puede denominar: según el porcentaje de materia grasa que contenga:

Entero: Por 1Kg de harina contiene 1Kg de materia grasa.
Tres cuartos: Por 1 kg de harina contiene 3/4 Kg de materia grasa.
Medio: Por 1 Kg de harina contiene 1/2 Kg de materia grasa.

(Nos referimos como materia grasa a la manteca).

• Se pasa el cepillo para retirar el exceso de harina y se dobla el plastón en tres partes iguales ( vuelta sencilla); se repite el proceso y se deja reposar en la cámara por espacio de 20 minutos.
• Transcurrido ese tiempo, se saca el plastón, se deposita sobre la mesa espolvoreada con haria y se estira de igual forma, pero ahora se doblan las puntas hacia el centro y éstas sobre si mismas, como si fuera un libro ( vuelta doble). Se deja reposar otros 20 minutos.
• Se da otra vuelta sencilla y se deja en la cámara hasta el momento de su utilización, en que se le dará otra vuelta sencilla, estirándolo a continuación para el corte de las piezas.





Un poco de Historia: La historia de la milanesa


La Milanesa

La milanesa argentina
Es la comida preferida de los habitantes del Río de la Plata, y, en realidad no se trata de la verdadera milanesa cuyo origen se puede rastrear a un preparado de entrecot (con hueso), pasado por huevo batido, empanado y frito en manteca, que nació en Austria.
La nacional (Argentina) como la que se prepara en Uruguay y Paraguay es un crujiente y dorado escalope vacuno (carne cortada muy finita), pasado por huevo batido y pan rallado que se sirve recién hecha y en su justo punto; por supuesto que se hacen milanesas de todo tipo y con toda una variedad de apanados, pueden ser de cerdo, cordero, venado, jabalí, mondongo, berenjenas, queso, pollo, pescado, etc., y, para su costra puede utilizarse desde miga de pan seco rallado a galleta molida, semillas como el sésamo y girasol o mezcladas con pan rallado, cereales molidos como la avena y hasta una pasta de harina con agua (o leche) y huevos, versión ésta que se llama: “marinera”.
Estando bien preparadas, y servidas, son el plato “top” de cualquier restaurante, y la comida más festejada entre las preparaciones hogareñas. Lo puedo asegurar con conocimiento de causa y bien documentado. Cuando fui convocado para la apertura del exclusivo restaurante del “Club de Campo, Polo, Yacht y Golf” de Patiño, Paraguay, un exclusivo country a orillas del lago Ypacarai, su dueño mayoritario, el Sr. Richard Kent, fundador del famoso Hotel Yacht y Golf Club de Asunción, me dijo: “No se desgaste, la pólvora ya fue inventada, ahora usted utilícela de la mejor forma…”, y como era uno de los cien socios fundadores del exclusivo restaurante “Mburicao”, proyectado y diseñado por “Francis Malman”, puso en mis manos el estudio de mercado de ese restaurante en su primer año de vida, la idea no era copiarlo, sino ver cuales eran los platos más vendidos y estrellas para no recaer en pruebas inútiles y desgastantes en la elaboración del menú; por supuesto que la creatividad sería puesta de mi parte, sólo se copiaría el tipo de gustos exigidos por el público y con eso me refiero a si lo más vendido eran ensaladas, pastas, carnes grillé y asadas, ¿ y a que no sabes cual era el plato más vendido y estrella?, sí, ¡milanesas!, claro que en un restaurante de alto nivel no se sirven las milanesas de todos los días, pero milanesas al fin…
Milanesa Napolitana
Hay una versión muy del Río de la Plata y que desconcierta a cualquier turista europeo cuando nos visita: “la milanesa a la napolitana”, se trata de una milanesa con tomate y queso por encima y luego gratinada en el horno, y la verdad es que éste preparado nada tiene que ver ni con Milán ni con Nápoles de Italia. Víctor Ego Ducrot –periodista- (La cocina del poder y la cocina cocoliche) en su investigación para las primeras jornadas de patrimonio gastronómico argentino (“La cocina como patrimonio (in) tangible”) dice: “se llama napolitana porque la hizo por primera vez un cocinero tucumano, en un restaurante que se llamaba Nápoli, que quedaba frente al Luna Park y ahí inventó el nombre milanesa napolitana,” –y continúa diciendo- “y así habría un largo catálogo de rasgos de la culinaria local nuestra, sobre todo la culinaria urbana porque si vamos a las otras cuencas, cuando nos encontramos con el noroeste como decíamos hace un rato, nos vemos con las estribaciones del maíz y algunos apéndices o zonas de epicentro también de la cultura de la papa, y habíamos hablado de la Mesopotámia y nos queda la cocina del desierto, que es una cocina para los investigadores, el cordero patagónico (pero el cordero no es americano), la pesca, los mariscos, etc. Pero la cocina del desierto es una cocina que tiene una larga prosapia. Los cronistas de Indias, desde Bernal Díaz del Castillo hasta Ulrico Schmidel, todos se refieren al comer de los americanos en la época en que se produce ese gran choque cultural que fue la guerra de conquista y exterminio de América por parte de los imperios europeos.”

Para explicar el triunfo de la milanesa, y aunque no siempre se trata de la milanesa de carne porque los vegetarianos prefieren las proteínas de la soja, podemos apreciar lo que expuso en esas mismas jornadas el Lic. Fernando J. Renedi –Licenciado en Historia- (El consumo alimentario como realidad plural): “El intercambio culinario entre nativos e inmigrantes implicó un choque de dos modelos alimentarios con esencias diferentes: eminentemente carnívoro el local y fundamentalmente vegetariano el importado; el encuentro entre ambos dio lugar a una aculturación de ambas parcialidades, aunque en los dos casos la carne quedó finalmente como artículo central.”
¿Cuál es la Verdad de la Milanesa?

La verdad de la milanesa es que además de ser exquisita para nuestro gusto y paladar, tiene que estar bien preparada, lo más importante es que deben resultar secas y crocantes por fuera manteniendo la humedad y frescura de la carne dentro, para ello es fundamental que el aceite de la fritura esté a muy alta temperatura, pero no humeante (por ello se recomienda el aceite de oliva ya que permite un más alto rendimiento), aclaro, que a gusto personal, detesto las que se preparan en el horno y quedan secas como cartón; el apanado de la milanesa es un requisito fundamental para la fritura y su función está dada porque los hidratos de carbono actúan como una barrera protectora de las carnes o verduras que contienen, logrando que las mismas no absorban grasa, por ello es fundamental una alta temperatura para que se forme esa costra, caso contrario estarían absorbiendo todo el aceite o grasa y trasmitiéndolo al contenido. La costra en el horno no tiene ningún sentido, salvo que se trate de una masa con levadura u hojaldre que proteja de una cocción sobre-expuesta a las carnes y les brinde un complemento de sabor y textura al ser comidas.

Dentro del recetario colonial no encontré “milanesas” pero sí algo de lo que podría ser sus inicios y el porque ya gustaban tanto…

Fritura a la diva
No sé si los otros experimentan lo que yo, a la aproximación íntima de un ser superior.
Es algo, más que entusiasmo, más que admiración. Es una mezcla de devoto fervor, de piadosa unción, que torna adorable y sagrado cuanto han mirado sus ojos, cuanto han tocado sus manos, cuanto han hollado sus pasos.
Adelina Patti ejerció en mí esa grata obsesión. De Lisboa a Montevideo traíanos el mismo vapor; y en los días de ese largo trayecto, era yo su sombra: la seguía por todas partes.
Habíala admirado en Covent Garden y la Grande Opera; y ora Julieta, ora Travista, ora Semíramis, habíame extasiado su voz y la sublime expansión de su genio, allá, en las elevadas regiones del arte.
Y ese ser divino estaba ahora, ahí, conmigo, en el reducido espacio del la cámara y el puente del vapor; platicando, riendo, fijando en mí, al paso, su mirada; alguna vez dirigiéndome la palabra, con esa voz que había electrizado al mundo.
Apréciame que una luz emanaba de ella lo embellecía todo en torno suyo.
El agua que bebía era más clara, y el vaso que hubiesen tocado sus labios, más transparente.
Los manjares de que ella gustaba, adaptábamos yo, y los saboreaba con delicia, a pesar de su sobria confección.
Sin embargo, había uno que el cocinero llamaba “fritura de la diva” y que cada día lo servía, a ella sola, en la hora del lunch.
Componían este plato dos riñoncitos de cordero fritos y asentados sobre dos tostadas de pan muy delgaditas, doradas a la parrilla, y fritas, como los riñones, en mantequilla. Llegaban a la mesa con todo el calor del fuego y esparciendo un olor apetitoso.
Mi mucama, compatriota del cocinero, y grande entrometida, vio que éste preparaba diariamente los dos riñoncitos, quitándoles con delicadeza la membrana que los cubre, y dejándolos un buen rato en vinagre con sal, después de punzarlos en diferentes lados con una aguja de coser aves rellenas.
Al freírlos, primero, echándolos en la mantequilla hirviente, los dejaba durante un minuto cocer a fuego lento, y luego los ponía al fuego vivo, que los doraba y acababa su cocción.
La mañana siguiente de mi llegada a Montevideo, los amigos que vinieron a verme, y que yo invité a almorzar, fueron regalados por mi mucama con un plato de “fritura de la diva”, los famosos riñoncitos, que aquéllos encontraron exquisitos sobre toda ponderación.”
-Carmen Varas de Gras (Montevideo)-
Rebozado de sesos
“Cocidos los sesos, y quitadas fibras y membranas, se les sazona con sal y pimienta, y se acomodan entre rebanadas de pan frío que, envueltas en huevo batido condimentado con especias, se les echa en la mantequilla hirviente a freír sobre un fuego moderado. Cuando se doren, se sirven bien calientes.”
-María Álvarez (Lima)-
Ambas recetas de: “Cocina ecléctica”; Juana Manuela Gorriti (1890).
Lo más probable es que las actuales milanesas hayan llegado con los inmigrantes que arribaron de Europa a comienzo del siglo XX, y que dentro de los conventillos, en sus cocinas, se haya producido el mestizaje y adaptación de éste plato tan solicitado en todo lo que fue el Virreinato del Río de la Plata.
Espero que te hayas divertido tanto como yo con el conocimiento de nuestros sabores y gustos.

Historia de los Ñoquis



Su origen según cuentan, pertenece a la más antigua tradición italiana ya que de acuerdo a las narraciones encontradas, en el medioevo ya se alimentaban con los tan conocidos ñoquis.

Para definir fácilmente lo que son los ñoquis diremos que es una combinación de harina y papas a la cual se le agregan los condimentos que nos agradan para complementar y acentuar su sabor.

Pero, al igual que ocurrió con todos los platos típicos y característicos de cada región los ñoquis pasaron por muchas modificaciones y se fueron agregando con el correr del tiempo y de las regiones nuevas recetas. Algunas aumentando algunos de sus ingredientes básicos y otras modificando dichos ingredientes.

Como ejemplo citaremos, ñoquis de zapallo, de espinaca, de sémola, de harina de maíz, de ricotta, en fin una variedad interminable.

Pero lo que siempre debe predominar en ellos es su textura que tiene que ser suave, tierna y que al cocinarlos no se deshagan.

Una de las reglas principales para que esto no suceda, es respetar las proporciones de harina y papa. Otro de los secretos para lograr una buena masa de ñoquis es el cocimiento de la papa.

Si éstas se cocinan enteras y con cáscara es seguro que sus ñoquis quedarán bien ya que se evitará que la absorción de agua durante la cocción sea excesiva. 

Este sistema de cocción a su vez ayuda a que el almidón de la papa no sea liberado.

Y a su vez también colabora a que la cantidad de harina que se emplea para armar la masa no sea excesiva.

Las papas se eligirán de tamaño parejo para que se puedan cocinar todas al mismo tiempo. Se cocinan en abundante agua fría y se dejan hervir hasta que al introducir un cuchillo en la papa, ésta caiga nuevamente sin dificultad y entera.

Otros formas de cocinarlas es en olla a presión, calculándose la mitad de tiempo que un cocimiento común. O bien al vapor con una vaporiera.

Una vez cocidas las papas se pelan en caliente pinchándolas con un tenedor para sostenerla y poder pelarlas sin quemarse. Se pisan con el prensa puré o simplemente con un tenedor hasta lograr un puré sin grumos.

Luego se incorpora la harina y demás ingredientes elegidos (todo se realiza mientras las papas están calientes) sin esperar que la papa se enfríe. 

Una vez todo unido se vuelca sobre la mesada y se arma rápidamente la masa.

Se van tomando porciones de la misma y formando cilindros largos y más bien finos siempre ayudados con un poco de harina. 

Se van cortando en porciones de aproximadamente 2 centímetros de largo.

Se acomodan sobre una mesada previamente enharinada y luego se toman de a uno y se los pasa por la parte de atrás de un rallador, o por los dientes de un tenedor o bien con el utensilio especial para ñoquis.

Esto es para realizarles el dibujo que los identifica desde siempre.

Se van tomando de a uno y se oprimen con suavidad sobre el utensilio elegido y pasándolo de arriba hacia abajo para que se estampe el dibujo. 

Se vuelven a acomodar sobre la mesa enharinada.

Para su cocción se emplea abundante agua hirviendo con sal. 

Apenas levanta el hervor se van agregando los ñoquis y apenas suben a la superficie se retiran con una espumadera. El cocimiento de los ñoquis es muy rápido.

Se condimentan con la salsa elegida y queso rallado a gusto. 

Un detalle a tener en cuenta, cuanto más suave es la salsa más se disfruta el sabor de los ñoquis.
Por qué se comen ñoquis (gnocci) los 29 de cada mes?

La tradición de servir ñoquis los días 29 nace de una leyenda que se remonta al siglo VIII.
Vivía entonces en Nicosia (Asia Mayor) un joven médico llamado Pantaleón, quien, tras convertirse al cristianismo, peregrinó por el norte de Italia. Allí practicó milagrosas curaciones por las que fue canonizado. Cierta ocasión en que pidió pan a unos campesinos vénetos, éstos lo invitaron a compartir su pobre mesa. Agradecido, les anunció un año de pesca y cosechas excelentes. La profecía se cumplió y otros muchos milagros. 
San Pantaleón fue consagrado -a la par de San Marcos- patrono de Venecia. Aquel episodio ocurrió un 29, por tal razón se recuerda ese día con una comida sencilla representada por los ñoquis. El ritual que lo acompaña de poner dinero bajo el plato simboliza el deseo de nuevas dádivas. 
Otro dato en Argentina habla de los inmigrantes italianos que se reunían a celebrar el 29 de junio las fiestas del San Pedro y San Pablo comiendo ñoquis.
Se cuenta también que la costumbre tuvo origen en Italia por el año 1690, en un pueblito del Piamonte, fue a causa de la perdida de las cosecha de trigo, por ese entonces la papa se cultivaba pero solo era para alimentar a los animales, pero dada la miseria una vez más la creatividad humana rindió sus frutos y se crearon los ñoquis de papa salvando así a la población de pasar hambre, desde entonces, los pobladores acostumbraron a reunirse todos los 29 de cada mes (día del Santo Patrono) en la plaza principal para agradecer las cosechas de papas y preparaban platos de ñoquis para festejar, colocando debajo del plato de cada comensal las monedas que podían y al terminar se las repartían como augurio de prosperidad a las parejas que habían elegido ese día para casarse.
En Buenos Aires, a fines de la década del `70 (1979 para ser más preciso) se reunían todos los meses algunos periodistas gastronómicos, alternando cada vez en casa de cada uno, como motivo de la reunión el dueño o dueña de casa preparaba un menú para agasajar a todos, cuentan que en oportunidad de tocarle a “Monona Molina”, justo la fecha cae un día 29, ella conociendo la historia anterior decide preparar para esa ocasión “ñoquis de papa”, aunque simples, nada complicados ni snobs, fueron recibidos con sendos aplausos. Aquella comida dio origen a un club muy particular que se llamó “El Club del Ñoqui” que reunía todos los meses a prestigiosas personas de todos los ambientes culturales y sociales de la Capital porteña y a mucha gente de prensa, pronto se divulgó la costumbre y por ello fue adoptada en muchos hogares y restaurantes que recogieron enseguida la idea y cada 29 reunían a amigos, compañeros de trabajo, familiares, o simplemente uno mismo… 
El Gnocchi
La palabra gnocchi (gnocchi es el plural de gnocco, cuyo significado es "bollo" y también "grumo", "pelotilla" en italiano) aparece frecuentemente en castellano como ñoqui o ñoquis.
Los gnocchi o ñoquis están dentro de la categoría de las pastas y están elaborados de patata y sémola de trigo, harinas (pueden ser de maíz, castaña, etc.) y queso de Ricotta (con o sin espinacas). Una variedad muy conocida en las regiones de Friuli y Trentino-Alto Adigio y denominada gnocchi di pane se hace con pan rallado.
Los gnocchi aparecen frecuentemente bajo los listados de platos referentes a pasta a pesar de tener unos ingredientes muy diferentes y de poseer diferente forma de preparación. Los acompañamientos de los gnocchi suelen ser salsa de tomate, mantequilla, coronados con hojitas de salvia. También suele llamarse "ñoquis" en Argentina a aquellas personas que cobran sueldos sin trabajar (refiriéndose a que sin ir a su trabajo todos los 29 pasan a cobrar su sueldo –jornal-).
Es frecuente pensar que los gnocchi son típicos de la cocina italiana (cosa cierta), pero existen platos con similar preparación en la: cocina austriaca (Salzburger Nockerln), cocina alemana, cocina húngara, cocina eslovena, gastronomía rusa y en la Gastronomía Rioplatense, entiéndase Argentina y Uruguay.
En Italia el término "gnocchi" es usado para señalar a una cantidad de pastas bastante amplia; aunque -como se verá- los más frecuentes son los de patatas (o, papas). Otros son preparados allá romana con sémola e incluso harina de maíz del tipo maicena; existiendo variaciones regionales y locales. Un antecedente de los ñoquis fueron los zanzarelli ("mosquitos") que se preparaban para los banquetes de la Lombardía renacentista, estos se preparaban con una masa en la cual se mezclaban miga de pan, leche y almendras trituradas. En el "Seicento" (s. XVII) los zanzarelli sufrieron un leve cambio en el nombre y la preparación. Se les llamó malfatti ("mal-hechos") y en lugar de las almendras y la miga de pan se usaba una masa simple de harina, agua y huevo.
Para cada variedad de zanzarelli existían por su parte variedades coloreadas, por ejemplo existían los zanzarelli verdes empastados con remolacha y espinaca -predominando para el color verde, la espinaca-, así como los zanzarelli amarillos realizados con una mixtura de azafrán y calabaza.
Luego aparecieron los malfatti blancos empastados con carne de pollo siendo su ingrediente principal en este caso la zanahoria. Los gnocchi son un plato tradicional del noreste italiano que luego se ha difundido a otras regiones. El origen de los gnocchi de papas (patatas) obedece a un motivo económico ocurrido en la Italia -aún bajo regímenes feudales y semifeudales- durante el siglo XIX, más precisamente hacia 1880.
Los "signori" (señores feudales) solían ser los dueños de los molinos en donde los contadini (campesinos) molían el trigo para hacer harina de frumento (trigo) con la cual preparaban sus pastas, en cierto momento los signori decidieron aumentar las tasas de los precios que los contadini pagaban para poder moler el trigo. Ante el repentino encarecimiento de la harina de trigo, los campesinos italianos experimentaron exitosamente con un substitutivo de la harina: el puré de patatas (papas).
Usualmente el puré de papas para ñoquis se prepara con añadido de leche e incluso manteca y una cantidad adecuada de harina de trigo (la mínima suficiente como para asegurar la cohesión del puré durante el hervor), más raramente con huevos. Este puré suele ser realizado con un elemento llamado "prensa puré" que hace más homogéneo y fino al puré sin necesidad de añadirle demasiada agua o leche (el puré para los ñoquis debe tener bastante consistencia), luego se hacen con esta "masa-puré" pequeños bollos (gnocchi) de casi una pulgada (se sabe que los ñoquis poseen la consistencia adecuada si al amasarlos no se pegotean en las manos ni en la mesa o mesada ni se desarman en el agua), para facilitar su cocción homogénea en el agua hirviente a la cual deben ser arrojados.
Previamente se les producen unas pequeñas acanaladuras con un tenedor (aunque también existe un pequeño y sencillo instrumento ad hoc que produce tales acanaladuras al deslizar los bollos por éste). Como se ha indicado, los ñoquis se arrojan en agua hirviente y se retiran -mediante un colador grande- cuando estos flotan en dicha agua. En el área de la Toscana de Italia se suele ingerir con queso de ricota y espinacas, a esta variante la denominan strozzapreti, o estrangulador de curas. Puede que un cura se ahogara comiéndolos demasiado rápido y de ahí su truculenta denominación.
Cocina rioplatense 
El tipo de ñoqui más consumido en Argentina y Uruguay es el de papa, aunque también se consumen -en mucha menor medida- los de maicena, y en ocasiones se les colorea de verde con espinaca. Existen recetas aún más complejas, con ingredientes varios -por ejemplo puré de calabaza e incluso más refinados, por ejemplo con langostinos; ñoquis "soufflé" (creación de Pedro un ex chef del Plaza Hotel) etc. Casi siempre los ñoquis se consumen al tuco con el añadido de queso rallado (tipo parmesano o tipo reggiano).
En Argentina y Uruguay, donde la cocina italiana es tan popular, se denominan ñoquis. La costumbre hace que se coman el día 29 de cada mes, un día antes de la paga mensual, cuando la gente quizás se encuentra con menos dinero. Y a esta tradición se la denomina los ñoquis del 29.
Es costumbre dejar un billete debajo del plato para (por un pensamiento de "magia contagiosa") poder atraer de esta forma suerte y prosperidad al comensal.

El maridaje en la gastronomía


EL MARIDAJE


Se le llama maridaje a combinar los alimentos con los vinos. El tipo de alimentos con que se puede combinar un vino es indispensable para tener armonía entre los sabores de la bebida y los de la comida. También la textura y el aroma de los platillos tiene que ver con la decisión de cuál vino elegir para acompañar a los alimentos. El maridaje puede ser de dos tipos:
Por complementación: Los sabores del vino y de los alimentos son parecidos, por lo tanto se refuerza la gama de ambos sabores. Por ejemplo, un alimento suave intensifica el sabor de un vino suave y viceversa. Los vinos dulces servidos con tartas de fruta hacen un maridaje por complementación.
Por contraste: La intensidad de los sabores del vino y de los alimentos es distinta. Un buen contraste permite resaltar uno de los dos o enfrentarlos, si es que ambos tienen mucho carácter. Es el caso de los quesos fuertes como el Roquefort, que necesitan vinos tintos de mucha robustez como los de Rioja, Burdeos o Borgoña. Pero es importante cuidar bien el tipo de contraste, porque un alimento muy poderoso puede opacar por completo a un vino suave, y un vino de gran carácter dejará atrás a un alimento muy delicado.
Hay diferentes maneras de buscar la unión entre el vino y los alimentos, puede ser que prefieras la complementación o que elijas el contraste entre los sabores. Vale la pena probar estas dos combinaciones, pero también rompiendo reglas puedes conseguir excelentes resultados.

Fotos del Espacio Aromas y Sabores en la Rural del Prado 2011 junto a Ximena Torres








Aquí les dejo algunas fotos de lo que fue el evento en el Multi Espacio,Realizado dentro del espacio Aromas y Sabores, y presentado por  Progress Uruguay Moldes de Siricona. Peace of cake

Bienvenidos a mi Blog

Hola que tal!. Les doy la bienvenida a mi sitio.
Aquí ustedes podrán encontrar información referente de la gastronomía, nuevas tendencias, técnicas culinarias, recetas de autor y clásicas y un sin fin de cosas más.

Antes que nada me voy a presentar:
Me llamo Lucas Alvarez, soy de la Ciudad de Montevideo - Uruguay.
Soy egresado de UTU  (Universidad de Trabajo del Uruguay) y de la Escuela de Hotelería y Gastronomía.
Como se habrán dado cuenta soy cocinero. Empezando lentamente con mi carrera culinaria. Y con una meta, ser un excelente profesional; manejar todas las técnicas utilizadas en la cocina, mantenerme al tanto de las nuevas tendencias que cada año surgen. Investigar, crear nuevos platos para sorprender a los comensales.
Todo lleva su tiempo... pero espero que con ello pueda llegar a mi meta, ya mencionada.

Mi objetivo es dar a conocer mis productos ofrecidos, mi nombre y mi imagen como profesional.
Amo sorprender a los demás y compartir recetas, y que todos las puedan aplicar en sus casas.
No hay limite de edad para empezar a cocinar así que.. Manos a la masa!!!!